domingo, 5 de julio de 2015

Égal.

Como dos piezas iguales complementaban dos partes de dos vidas.
Los dos hablaban bajo las mismas estrellas, de la misma forma y del mismo sentimiento... Y que bonito era y es hablarte.
Un abrazo era el mayor acto de sentimiento que se podía mostrar entre ellos dos, estaban unidos por una misma cosa, el destino.
Los dos tenían miedo a vivir la vida con su separación, su amor era tan grande que pasaba los límites del espacio que los rodeaba. Y vaya si yo tenía algo en común entre ellos dos, que yo era esa chica. Como recuerdo despertarme contigo en la misma cama en aquel viaje, saber que no tengo que preocuparme de nada porque tú a las 11 ya estabas desayunando conmigo en el mismo sitio. Y que locura es pensar que podría vivir un sólo segundo sin tus pequeñas manía s, y lo gracioso que es regañarte a todas horas. Solamente Sevilla era bonita porque tú me estabas cogiendo de la mano, y solamente merecía la pena viajar tantas horas porque iva a dormir contigo aquella noche.
Me encanta como te enfadas porque mire la misma tienda mil veces, que te ponga celoso y sobre todo que te piques porque hago como que no quiero besarte. 
Solamente tengo claro una cosa, me pasaría todos los días que tú me dejaras hablarte bajo las mismas estrellas.