Yo tenía un chico muy alocado,
algo desesperado,
con sus manías y defectos,
siempre hacia las cosas con cuidado.
Yo tenía un chico algo enfadica,
con mente astrífera,
no muy crinado,
y lleno de sueños.
El tiempo se transcurría poco a poco,
como un reloj mirífico,
donde la arena se consumía
por eliminar poco a poco esos besos cálidos.
El viento se llevaba los momentos acogedores,
los besos debajo de las sábanas
y los buenos días a las 11 de la mañana.
Yo tenía un chico algo tierno,
el cual era incapaz de separarse de mi
y fijate ahora,
ya no tengo ningún chico eterno.
lunes, 29 de junio de 2015
jueves, 25 de junio de 2015
Carte au hasard.
El dedo índice se posa delante de un material duro, sus sentimientos no participaban en la decisión de un punto geográfico, presentaba un desinterés abundante.
Daban igual los números que se sumaban con la finalidad de formar kilómetros hacia un gran largo viaje.
Sus dos ojos se miraron; estaba claro que ninguno se decidía por cuantas horas de cada día iban a poder rozarse en una gran amplia habitación de hotel.
Todo parecía un sueño, ninguno se dió cuenta de que solamente era un largo camino que les llevaría finalmente de vuelta a casa. Un día soleado un gran avión dejaría a dos cuerpos perfectos, unidos por la finalidad de sus extremidades y con una gran ilusión marcada en su mayor instrumento del habla.
Se querían, les daba igual la hora si sabían que iban a permanecer juntos.
¿Alguien habló de distancia? Que mas da los kilómetros si el sentimiento podía recorrer un gran camino sin coche. No faltaba contar el dinero del taxi para mostrar las ganas que tenían de verse.
En el colegio siempre nos enseñaban a formar antónimos, pero deseaban todo lo contrario de separados, sus corazones se unían mediante conversaciones delante del movil. Los dos odiaban las tecnologías, y sin embargo amaban como se posaba la sonrisa de ambos delante de ella cada día.
El dedo decidió un punto...
¡Chicago!
Entre las cuatro paredes se escuchó un ligero sonido que solamente ellos dos escucharon...
-Da igual el lugar si es contigo.-
Y se despertó.
miércoles, 24 de junio de 2015
¿Un café?
La cafeína es una sustancia que altera,
justo como el roze de tus manos sobre mi piel.
El azúcar es una sustancia que da energia,
que casualidad que tus besos también.
Un vaso y un pequeño plato justo delante de la mesa, propuestos y ideados de que tienen que estar unidos para formar una simple unión: un café.
Un pequeño texto que habla de la unión, parece ironía hablar de unión, cuando la mejor alianza es entre tu mano y la mía.
Un simple acto de esperanza a la recepción de un cuerpo que no es el tuyo. ¿Hablamos de alteraciones? Como se nota que ni el café ni el azúcar podrán llegar a alterar tanto como tus pupilas dilatadas, y no hay mejor sonido que verte a ti con ellas a través del sillón, viéndote encima de la cama con una música muy lenta.
Tus pecas son la alianza de constelaciones formadas en tu espalda, que gracia que quieran descubrir la vida en Marte, cuando los verdaderos secretos están entre tus pecas.
No me importaría ser arqueóloga para investigar tu piel paso a paso, los grandes tesoros se guardan bajo llave, y yo quiero tener la maestra.
¿Y si por la noche no hay café? ¡Que inocencia la mía!
¿Quién no se iría a quedar despierto teniéndote a ti al lado?
Esa olor a fragancia masculina me repara, tu cabello rizado me relaja y su piel suave me enamora. ¿Necesito televisión? Para qué, si tengo la mejor película durmiendo sobre mis complejos más abundantes.
Las mejores historias de amor no se cuentan, no se compran, no suceden solas. ¿Casualidad? No lo sé, las agujas del reloj contaban los días para conocerte y mira ahora, te invitaría a un café cada día.
¿Quieres tomarte una café conmigo de 29.200 días?
Gourmet de sonrisas.
¡Ay que tenedor tan fino que se clavó al fondo de lo más intenso!
Un menú puesto sobre una carta atada a un lazo de seda azul turquesa... ¿Puede ser al lado del mar? Un pedido especial.
Se abre la carta por tres partes, ¿primer plato? Ay, pobre de mi que no sé si elegir entre una ronda de besos o de caricias a la espalda... Que pena la mía poder pedir platos con gusto a amor cuando lo tenía al lado de mi.
Centímetros nos separaban, las miradas reflejadas encima de una mesa de un restaurante al lado del mar eran pocas.
¿Segundo plato? ¡Ay, han mencionado el amor en boca!
Me pido un plato acompañado de una mañana sin alarmas que decidan la hora de volver a la realidad, aunque no sé si el hambre se apoderará de mi. Dicen que el tiempo vuela, y claro, poder volar si puede, si con solamente tocarme con el principio de tu dedo índice sobre la espalda me eriza y me descoloca, ¿porque estás tan lejos? Que pena pensar que una persona tan mala pueda inventar una série de números que marcan los "kilometros" que me separan de tí.
Por donde iva... A sí, el postre. Me sobra contigo, no quiero nada más, y para que voy a pedir la cuenta, eso significa que la comida ya se acaba... Y como voy a querer que algo se acabe contigo ¡Que desfachatez!.
Veo las olas del mar moverse al lado de nosotros, de dos manos antes desconocidas que se juntaron por el paso de los días, ver como un barco de vela se para en el muelle cuando solamente se oyen el choque de olas sentada a centímetros de ti. ¿Y un atardecer? No gracias, hay sitios con 4 paredes donde puedes reposar tu tiempo con quien realmente quieres, y dejar que vuelen los granos de arena que antes se tragaba el agua... ¿Que mas da? Si lo importante no es que se acabe el óxigeno del agua, sino que tus centímetros por estar cerca de mi se conviertan en metros.
Y claro... Si estamos a centímetros, ¿qué hacemos?
De repente se oye un pequeño ruido.
- Por favor, bésame. Te necesito.
¡Mis queridas hogueras!
Buenas noches, hoy escribo muy contenta después de estar algunos días con el ánimo por los suelos...
Llegué a pensar, como dije, que todos mis planes se fueron, y que jamás podría reconstruir un nuevo abecedario.
Hoy escribo letras a través de una sonrisa que se refleja tras una pantalla encendida, donde otras se pueden convertir en sentimientos.
¿Quien dijo que tu sonrisa no era bonita por las mañanas? ¡Que loco puede llegar a estar el mundo!
Hoy me he levantado con una de las mejores contrucciones de la anatomía, y pobre de mi, ¡el reloj no conseguía parar sus agujas!
Un ligero movimiento hizo que se reflejara en mi sonrisa la felicidad que llevaba dentro, un día perfecto, inolvidable, jamás quería que se quedara solamente en un recuerdo.
Gracias, sé que leerás estas letras, y te doy las gracias por hacer que varias células consigan crear a una persona así a mi lado...
Puedo ser una persona testaruda, algo contestona, pero tengo claro, que gracias a ti pierdo la vergüenza, puedo llegar a cantar en la ducha y pensar que a través del tapiz no se escuche mi horrenda voz, o intentar despertar a una persona la cual me gustaría estar mirándola y viendo como sus ojos están cerrados mientras yo cuento la galaxia de pecas de su cuerpo.
Contigo escribiría una historia entera, pero simplemente no tengo palabras suficientes para describir un día tan perfecto.
Me encanta como los rayos de sol entraban en la habitación y te veía a tí, a mi lado durmiendo boca abajo, mientras yo intentaba apagar la alarma lo más deprisa posible para no despertarte, ¡Ay que maravilla recordarte!
Pensé que no aceptaría el contrato de ser feliz durante un día después de pasar tanto tiempo sin teclear ninguna letra en mi conversación, como ya escribí, volvería a crear un abecedario entero por tí, y...¡Eh! Que tengo miles de planes para tí.
Plan Á: Quererte 29.200 días.
lunes, 22 de junio de 2015
Día 3 sin tí.
Soy de las personas que piensan 'A',
creen 'B',
y hacen 'C'.
Pensé que nuestro primer y único plan sería siempre 'A', y que nos volveríamos a encontrar gracias al destino, creí en ese destino, en ese plan 'B'.
Hoy es la tercera noche que paso sin tí a mi lado, echo de menos nuestros abrazos, y sobre todo cuando te enfadas porque no te doy besos suficientes.
No sé si lo que decidí fue real, pero está situación es peor que un día sin música a las 4 de la tarde recordándote.
Duermo para aliviarme, te escribo para compensarme, y no solamente prosa que se convertirá en poesía, sino también para intentar verte entre estas letras cada día.
Eres un asfalto mojado después de un día de lluvia, pero sin embargo, por mi lluvia te mojaste. Te pido perdón desde estas líneas por pensar que podía estar más agusto sin ti...¡Ay quién se de cuenta de tí! Perdería, estaba claro...
Escucho música para imaginarte bailando conmigo en un vals muy lento, duermo solamente para intentar olvidarte unas horas... ¿Tan malo era querer?
No recordaba el dolor abrazándote, me aliviabas, me calmabas y siempre hacías que volviera al mundo real cuando te veía, ¿Para que te dejo marchar? Eras mi plan 'A', y todas las letras del abecedario... Pero yo me paré en el B, por miedo, por pensar que esa libertad sería lo que realmente me haría feliz y me equivoqué.
No me di cuenta de que tú era mi plan C, y que seguiría pasando siempre de letra sólo por no perderte. Y sin embargo... Te perdí.
Volvería a crear otro abecedario.
creen 'B',
y hacen 'C'.
Pensé que nuestro primer y único plan sería siempre 'A', y que nos volveríamos a encontrar gracias al destino, creí en ese destino, en ese plan 'B'.
Hoy es la tercera noche que paso sin tí a mi lado, echo de menos nuestros abrazos, y sobre todo cuando te enfadas porque no te doy besos suficientes.
No sé si lo que decidí fue real, pero está situación es peor que un día sin música a las 4 de la tarde recordándote.
Duermo para aliviarme, te escribo para compensarme, y no solamente prosa que se convertirá en poesía, sino también para intentar verte entre estas letras cada día.
Eres un asfalto mojado después de un día de lluvia, pero sin embargo, por mi lluvia te mojaste. Te pido perdón desde estas líneas por pensar que podía estar más agusto sin ti...¡Ay quién se de cuenta de tí! Perdería, estaba claro...
Escucho música para imaginarte bailando conmigo en un vals muy lento, duermo solamente para intentar olvidarte unas horas... ¿Tan malo era querer?
No recordaba el dolor abrazándote, me aliviabas, me calmabas y siempre hacías que volviera al mundo real cuando te veía, ¿Para que te dejo marchar? Eras mi plan 'A', y todas las letras del abecedario... Pero yo me paré en el B, por miedo, por pensar que esa libertad sería lo que realmente me haría feliz y me equivoqué.
No me di cuenta de que tú era mi plan C, y que seguiría pasando siempre de letra sólo por no perderte. Y sin embargo... Te perdí.
Volvería a crear otro abecedario.
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